Hoy ha amanecido un día radiante, así que he decidido ir a dar un paseo. Pensé en ir al puerto, pues aunque el aire era fresquito, daba gusto de caminar.
Así que cogí el metro en plan rutina para hacer trasbordo en “Verdaguer” y como siempre cojo la línea “azul” pues me pasé de estación. Y me encontré en “Diagonal”. Y me pregunté; ¿Qué hago yo aquí? No era esta mi intención, pero se ve que sí lo era de mi subconsciente, porque he acabado en la residencia donde está internada mi amiga y allí me he quedado hasta que le he dado de comer.
Mientras lo hacía, pensaba que si yo algún día me veo en esas condiciones, me gustaría tener amigas que me vengan a ver, me den de comer me acaricien, me canten, me den besos… en fin, que aunque yo no me entere por la enfermedad querría tener un contacto humano.
¿Por qué hasta que punto ella no se entera? El sábado pasado a la hora de la cena le dijimos: Gloria ¿te gustan los garbanzos? Y respondió tajante: No.
Y es verdad que no le han gustado nunca, pero ahora se los come en puré y no sabe ni lo que es.
La quiero mucho y es lo único que puedo hacer por ella. Darle un ratito de mi tiempo. Y la verdad es que lo hago muy a gusto.
domingo, 18 de diciembre de 2011
martes, 13 de diciembre de 2011
Mas Recuerdos
Allí Vivian los tíos Luís y Pepi Con su hija Montse. Hija única y muy querida, era prima hermana de mi marido. Por parte de madre solo tenía esa prima. A mi marido lo llamaba “tete” porque era mas pequeño que ella y se llevaban muy bien.
La tía Pepi fue la 1ª en dejarnos. Y después el tío Luís tuvo que afrontar la muerte de su hija de una leucemia. Yo entonces trabajaba en el servicio de Hematología y ella me llamó una noche para decirme, que la ingresaban en mi sala y que estaba muy contenta de ir allí porque en mi turno, yo la cuidaría.
Quise pedir cambio de servicio en ese momento, porque entonces las leucemias no salían todas y sabía a lo que se enfrentaba. Pero no lo hice y decidí ayudarla en lo que pudiera. Entonces los trasplantes de médula no estaban tan avanzados y solo se hacían hasta los 40 años creo recordar. A ella no se le pudo hacer, 1º porque rebasaba la edad, tenía 43. Y 2º porque era refractaria a las plaquetas.
Murió a los 41 días de su ingreso. Tenia dos hijas preciosas, y la pequeña también nos dejó de accidente dos años mas tarde. Por suerte ella no lo vio.
Aquí en Barcelona se celebra mucho la “verbena de SNT. Joan”. Pero Montse las odiaba. Decía que no sabía porqué pero que no le gustaba nada esta fiesta. No sé si será verdad lo que dicen de que vienes a este mundo con una función determinada por cumplir y que al llegar a él, olvidas a que has venido. El caso es que su hija se fue una verbena de SNT. Joan
El tío Luís desde entonces no levantó cabeza. Se lo llevó por delante la muerte de Marisa.
Hoy he pasado por la calle Villarroel 69, y los recuerdos de pronto se agolparon en mi mente.
La tía Pepi fue la 1ª en dejarnos. Y después el tío Luís tuvo que afrontar la muerte de su hija de una leucemia. Yo entonces trabajaba en el servicio de Hematología y ella me llamó una noche para decirme, que la ingresaban en mi sala y que estaba muy contenta de ir allí porque en mi turno, yo la cuidaría.
Quise pedir cambio de servicio en ese momento, porque entonces las leucemias no salían todas y sabía a lo que se enfrentaba. Pero no lo hice y decidí ayudarla en lo que pudiera. Entonces los trasplantes de médula no estaban tan avanzados y solo se hacían hasta los 40 años creo recordar. A ella no se le pudo hacer, 1º porque rebasaba la edad, tenía 43. Y 2º porque era refractaria a las plaquetas.
Murió a los 41 días de su ingreso. Tenia dos hijas preciosas, y la pequeña también nos dejó de accidente dos años mas tarde. Por suerte ella no lo vio.
Aquí en Barcelona se celebra mucho la “verbena de SNT. Joan”. Pero Montse las odiaba. Decía que no sabía porqué pero que no le gustaba nada esta fiesta. No sé si será verdad lo que dicen de que vienes a este mundo con una función determinada por cumplir y que al llegar a él, olvidas a que has venido. El caso es que su hija se fue una verbena de SNT. Joan
El tío Luís desde entonces no levantó cabeza. Se lo llevó por delante la muerte de Marisa.
Hoy he pasado por la calle Villarroel 69, y los recuerdos de pronto se agolparon en mi mente.
viernes, 2 de diciembre de 2011
RECUERDOS
Ahora era una chocolatería. Ella lo recordaba como en los 60. Un bar moderno para la época y que tenía un semisótano con un patio que alquilaban y donde se hacían fiestas de la juventud de entonces. Además tenias que comprar las consumiciones. Era una manera de sacarse un sobresueldo.
No hace mucho que pasó por allí y entró. Pidió un café y su cabeza empezó a evocar aquel tiempo en que ese lugar fue importante para ella.
Sin añoranza por lo pasado que no lleva a ninguna parte, sino por el hecho de rememorar un tiempo de ilusión.
De pronto, le entraron unas ganas locas de saber en que se habría convertido el local de abajo y le preguntó a la joven señora que atendía la barra, si todavía estaban el semisótano y el patio. La Sra. se lo enseñó muy amable y sí, aunque modernizado como todo, allí estaba aquel local en que tantos domingos se juntában un buen nº de amigos y se lo pasában bien.
Ella no lo supo hasta muy pasado el tiempo. Pero resulta que él, el día en que se conocieron estaba allí con una chica rubia, la llevó a su casa (a la rubia) volvió y empezó a hablar con ella. Le dijo que fueron sus ojos los que llamaron su atención, a ella no le gustó nada el chico porque no era su tipo. Pero desde ese día no se separaron.
No hace mucho que pasó por allí y entró. Pidió un café y su cabeza empezó a evocar aquel tiempo en que ese lugar fue importante para ella.
Sin añoranza por lo pasado que no lleva a ninguna parte, sino por el hecho de rememorar un tiempo de ilusión.
De pronto, le entraron unas ganas locas de saber en que se habría convertido el local de abajo y le preguntó a la joven señora que atendía la barra, si todavía estaban el semisótano y el patio. La Sra. se lo enseñó muy amable y sí, aunque modernizado como todo, allí estaba aquel local en que tantos domingos se juntában un buen nº de amigos y se lo pasában bien.
Ella no lo supo hasta muy pasado el tiempo. Pero resulta que él, el día en que se conocieron estaba allí con una chica rubia, la llevó a su casa (a la rubia) volvió y empezó a hablar con ella. Le dijo que fueron sus ojos los que llamaron su atención, a ella no le gustó nada el chico porque no era su tipo. Pero desde ese día no se separaron.
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