domingo, 12 de junio de 2011

LOS TRAUMAS INFANTILES Y DE JUVENTUD

El otro día escuchando la radio (cosa que me encanta), comentaban los problemas y los traumas que tienen los niños y la juventud hoy día.

La verdad es que a mi , ni a nadie de mi generación, se nos hubiese pasado por la cabeza denunciar a nuestros mayores por un coscorrón.

Yo voy a contar el primer trauma de mi vida que fue a mis 14 años.
Y entonces no diríamos trauma como ahora, sino desilusión.

Pues resulta que en clase se costura le bordé a mi tía Carmela una mantelería a deshilado, ahora se llama"punto espíritu" bueno; una preciosidad.  Ella tenía la tela de hilo que en aquellos tiempos y contando que vivía en Sevilla fue con sus padres a Barcelona para comprar la ropa para el ajuar (creo que hoy en desuso o por lo menos a como era antes).

El caso  es que  la mantelería de hilo se quedo sin hacer, y las monjas dijeron que tenía que llevar una labor de mas relieve porque ya había superado los demás cursos.

Creo que estuve curso y medio con la mantelería de 12 cubiertos, lo que equivale a decir 2 metros y 1/2 tela con cenefas bordadas todo alrededor haciendo estrellas y camino de mesa, y además sus 12 servilletas grandes y 12 de postre.

Pues bien después de bordarla,estuvo en las exposiciones del colegio
lo cual para mi era un premio, mi tía me dijo que que quería de regalo porque le gustó muchísimo.

Yo le pedí un reloj de pulsera, porque en aquel tiempo eso era para los 16 años y justo a mi hermana le había regalado mi abuelo uno para reyes.  Y si, me lo regalo.

Pero era un reloj de cuando ella era joven, y, horrible desde mi punto de vista. ya que no era ni dorado, ni moderno, ni con correa ancha tenia Aun lo guardo unos cristalitos como si fueran brillantes, de los cuales faltaba alguno.  

Me llevé la mayor decepción de mi vida, supongo que ella lo tendría que notar.  ¿pero a quien le importaba en aquellos años las ilusiones de una cría?.

Aun lo guardo.  Pero solo para ver que existen cosas mas importantes que aquel "trauma" de entonces. Y que conste que el reloj sigue sin gustarme.
Juzguen vds. porque ahí va la foto.